Una mañana colorida, no muy fría, no muy seca, con el canto de una golondrina, despierta Mariana con un rayito de sol que traspasa su ventana.

 

Se levanta encantada con el sol de la mañana, se rasca sus ojos y sonríe emocionada porque sabe que al bajar de su cama, luego de darse una ducha, tendrá una experiencia alocada.

 

Un tanto apenada por desayunar a la carrera, azorada como es ella, pide disculpas y participa a su Yaya, su abuelita adorada, que se hace tarde para ver a Susana.

 

Susana no es muy grande todavía, y le encanta correr en la sabana.  Cada domingo en la mañana Mariana la visita y la alimenta con manzanas.

 

Mariana sueña con algún día montar a Susana, la potra que nació una fría madrugada hace apenas 6 meses cuando su mami Sultana, la trajo al mundo hermosa y sana.

 

Susana y Mariana caminan lado a lado.  Susana corre emocionada ante la vista de Mariana quien la sigue cansada y sonriente de verla disfrutando en la sabana.

 

Susana corre, corre, corre en la sabana, corre tanto que se escapa de la vista de Mariana.  Mariana se angustia, corre y grita desesperada pero Susana no aparece y se obscurece la sabana.

 

Mariana se angustia, llora y sufre por Susana.  Cree que perdió a su amiga y una lágrima de su rostro emana.  “¡Vuelve, Susana!”, es todo lo que pide Mariana…

 

¿Quieres saber cómo termina la historia? Aquí te dejo el link de Youtube para que te enteres de lo que pasó luego.

https://www.youtube.com/watch?v=oc_Yi24B61o&t=6s

 

Si tu hija, tu sobrina, tu nieta… se llama Mariana, éste puede ser un cuento especial para ella, pero si deseas otro aún más personalizado, puedes escribirme y con gusto lo hago.

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